El pastel, según esta receta, resulta grande, suave y delicado, simplemente excelente al gusto. Puedes cortar la capa en dos o tres partes, untar con cualquier crema, decorar por encima y ¡ya tendrás una magnífica tarta! Con este pastel de chocolate magro puedes alegrarte a ti mismo y a tus seres queridos en días de ayuno, cubrirlo con mermelada y espolvorear con nueces. No lleva huevos, leche ni mantequilla, pero a pesar de eso, el pastel resulta muy suave y sabroso. Para hornearlo utilicé un molde con un diámetro de 26 centímetros.