Salsa pesto

Hoy quiero presentarles la clásica salsa italiana pesto, que ha ido ganando cada vez más popularidad últimamente. Me encanta, tiene un sabor intenso y vibrante, es casi universal y la receta es rápida y sencilla. Se puede añadir a la pizza, a la pasta, hacer todo tipo de panqueques o simplemente untarlo en pan recién horneado y ¡será delicioso!

Albahaca (incluyendo los tallos)

60 g

Piñones

20 g

Queso parmesano

50 g

Aceite de oliva

130 g

Ajo

2 dientes

Sal

0,5 cucharadita

Pimienta negra molida

al gusto

Es importante usar albahaca verde, ya que tiene un sabor suave e ideal para la salsa pesto.

Para empezar, necesitamos separar las hojas de albahaca del tallo principal grueso, que es áspero y no se mezcla bien en la licuadora. Se pueden dejar las partes superiores con el tallo, ya que son finas, suaves y fáciles de triturar.

Preparamos los piñones, el ajo y el queso parmesano, este último se debe rallar con el rallador más fino.

Colocamos todos los ingredientes en el vaso de la licuadora. Albahaca, piñones, ajo, sal, pimienta y añadimos aceite de oliva. Procesamos todo en la licuadora hasta obtener una mezcla homogénea.

Transferimos nuestra salsa a un recipiente de vidrio adecuado y la guardamos en el refrigerador. La salsa se conserva durante bastante tiempo, ya que el aceite presente en ella evita que se oxide y sirve como conservante. Durante el almacenamiento, la salsa puede perder un poco de color, volverse más claro, pero esto no significa que se haya echado a perder.

También se puede congelar la salsa pesto, por ejemplo, en bandejas de cubitos de hielo. Una vez que la salsa esté congelada, es necesario sacar cada sección con cuidado, colocarlas en una bolsa y almacenarlas de esta manera en el congelador.

Es mejor utilizar bandejas de hielo de silicona, ya que la salsa congelada será más fácil de sacar de la bandeja.